Definitivamente, creo que nunca el colegio es lo más importante.
Hay otras cosas más importantes e interesantes que estar entre cuatro paredes escuchando cosas de las que nisiquiera nos acordaremos semanas más tardes.
Por desgracia, en España la educación empieza a ser obligatoria en primero de primaria (6 años) y es por eso, que desde que Marc empezó el colegio decidí que iría al colegio, si. Pero siempre que no hubiesen cosas más importantes.
Y..¿ que hay más importante que el colegio en la educación preescolar? Sin duda alguna, la familia. Papi trabaja muchas horas, los fines de semana también. De hecho suele descansar miércoles y jueves, o jueves y viernes. Por otro lado, ya sabéis, yo trabajo dentro y fuera de casa, y no me refiero a ser ama de casa, que eso ya es otra historia.. por lo tanto, el tiempo de calidad que podemos estar todos juntos es poco. Así que un día decidí que siempre que estemos los 4 juntos, Marc no iría al colegio. Eso coincide con los lunes, que Papi trabaja en turno de mañana y también los jueves por norma general.
Hacer esto ha generado algunas críticas. Que si Marc no va a aprender tanto como sus compañeros, que si no va a seguir una rutina, que si no tiene estabilidad,,,
La verdad es que ese tipo de comentarios me entraban por un oído y salían por el otro, y más cuando me di cuenta de que en el colegio al que va Marc incluso hay niños en preescolar que solamente van por la mañana y no regresan a la tarde.
Pero además de no importarme..enserio..¿ tan importante es perder 8 horas al día en el colegio? Que si, que aprenden, y socializan. Pero…acaso no podría aprender un niño de 5 años en casa lo que aprende en el colegio? ( por supuesto que si, e incluso mejor, como pude comprobar el año pasado mientras hacíamos homeschooling). ¿Enserio faltar un día entero y la mitad de otro va a hacer que mi hijo socialice menos?
Definitivamente yo lo tengo claro. Ya tendrá tiempo en un par de años de seguir una rutina marcada por la legislación. Ya tendrá tiempo de pasar, nada más y nada menos que 10 años de educación obligatoria siguiendo la misma rutina día tras día, mes tras mes, año tras año.
Mientras, y ahora que podemos sin repercusiones legales, disfrutaremos. Aprenderemos el uno del otro. Irá al colegio, pero estará con nosotros también. Reiremos, investigaremos, jugaremos, y pasaremos tiempo juntos, añadiendo momentos a ese baúl de los recuerdos que es la memoria.